Cultura financiera, la asignatura pendiente

14 octubre 2013 Artículos
El desconocimiento sobre los rudimentos de la economía y de los productos financieros que tiene la mayoría de los españoles, clama al cielo. Y no me vale que alguien me dé una relación de países que están en la misma situación o peor que nosotros, porque eso no justifica nuestra ignorancia. Hay que confiar que con el tiempo estas carencias culturales se vayan paliando. De hecho, en los dos cursos de bachillerato, los alumnos que eligen la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales, estudian economía. Sería deseable que en un futuro, sea cual sea la modalidad de estudios, la economía forme parte del acervo cultural de una persona formada, como lo es saber calcular un porcentaje. Y que nadie se sorprenda, porque ejemplos de periodistas procedentes de la pública, de la privada y de la Universidad de Navarra, que no saben calcular un porcentaje, tengo para escribir un libro.

Pero no podemos lamentarnos del bajo nivel de formación económica que tiene el hombre de la calle, cuando la formación que se adquiere en la Universidad, tanto en Económicas como en AD, y tengo en casa un ejemplo de cada, no es pobre; es paupérrima. Y sólo quienes tengan poder adquisitivo para que sus hijos hagan un buen master, podrán aspirar a ocupar un puesto de trabajo en el mundo de las finanzas o de la empresa.

Y sin entrar en profundidades, una persona con un buen nivel cultural debería saber lo que es el PIB, el déficit comercial, la deuda pública y los términos más corrientes que se emplean a diario en los medios de comunicación, máxime, cuando nos encontramos en el ojo del huracán de una crisis económica, que se seguirá estudiando dentro de cien años, aunque hoy, no es que no se explique, es que ni se comenta en algunas Facultades de Económicas.

Más práctico que los conocimientos básicos de economía, es conocer los productos financieros más sencillos en los que vamos, o nos van, a invertir nuestros ahorros. Saber qué es una Letra del Tesoro, Un Bono del Estado o un pagaré de empresa, es una necesidad. Saber que la bolsa no es un juego, sino un magnífico instrumento para fomentar el ahorro, debería ser una tarea educativa de los medios de comunicación.

Se ha dicho que la incultura financiera de los ahorradores españoles ha permitido que se le vendan productos que se han llevado por delante los ahorros de media vida. Nada más lejos de la realidad. Ha sido un ENGAÑO, con mayúsculas, que ha contado con la aquiescencia del Banco de España, quién ha permitido que se llame preferentes a la Deuda Perpetua.

La banca tiene por delante la dura tarea de recuperar su imagen. De entender que el buen cliente, al que hay que mimar, no es el que ingresa dinero, sino el que lo pide y lo devuelve.

El ahorrador, a fuerza de palos irá aprendiendo que el banco o la caja no son sus amigos. Que le ofrecerán el producto que más interese a la entidad y no al cliente. Que hay que huir de productos que no entendamos. Que rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras. Que no existen las gangas. Que si el precio del dinero está al 3% hay que rechazar cualquier invento financiero que nos ofrezcan, llámese como se llame, que dé una rentabilidad del 6%, porque en función de cómo aumente la rentabilidad, aumenta el riesgo.

Es momento de que los colegios profesionales, asociaciones, prensa, radio y TV pongamos manos a la obra para difundir esa cultura financiera, de la que tanto adolecemos y que tanta falta nos hace. En este sentido, la Fundación de Estudios Bursátiles de la Bolsa de Valencia ha sido pionera y lleva cuatro años proyectando en el video de los autobuses urbanos conceptos económicos bajo el titular Economía Fácil. El impacto está siendo tan importante que ya se están realizando estudios para trasladarlos a los transportes públicos de varias ciudades. Este es el camino y en él tenemos todos que arrimar el hombro. 

José Antonio Fernández Hódar
Miembro del Instituto Español de Analistas Financieros y analista bursátil del diario Expansión.