¿Por qué fracaso en las entrevistas?
Pese a que existen múltiples variables por las que una candidatura no es finalmente elegida en un proceso de selección, en el fondo de la cuestión cuatro son las principales causas:
La primera es no seleccionar adecuadamente las ofertas de trabajo, presentando nuestra candidatura aún sabiendo que nuestro perfil no se ajusta al solicitado. Esto, sobre todo cuando estamos en procesos de búsqueda activa de empleo, suele tener un efecto nocivo emocionalmente, pues no nos llaman o caemos en las primeras entrevistas, causándonos inseguridad y abatimiento. Otra causa puede ser la existencia de una candidatura con mayor ajuste al puesto a ojos de la empresa, de ésta se deriva también la tercera, y es que en ocasiones las personas que hacen las entrevistas se equivocan. Pero la más importante es no preparar suficientemente la entrevista. Siendo dicha causa muchas veces el verdadero origen de las dos causas anteriormente mencionadas, hay que reconocer que esta práctica es tan ilógica como habitual.
¿Irías a una reunión de trabajo o negociación sin prepararla? Si no lo hacemos cuando trabajamos, ¿por qué lo hacemos para las entrevistas? La persona que entrevista, sí asume un rol profesional y la prepara. El único invitado que no es bienvenido a la entrevista de trabajo es tu ego disfrazado de confianza, sin duda el peor enemigo en este tipo de situaciones.
La Entrevista por Competencias y Valores
Clasificar los tipos de entrevistas es una tarea compleja. A lo largo de mi experiencia profesional si hay algo de lo que pueda dar fe, es que no existen dos entrevistas iguales, aun siendo el mismo proceso de selección o los mismos interlocutores pero en otros procesos de selección, las entrevistas son diferentes.
Las entrevistas por Competencias y Valores, son una de las herramientas más utilizadas en los procesos de selección, por tener un mayor ratio de éxito. Es una herramienta predictiva del encaje de la candidatura en cuatro dimensiones, cultura corporativa, enfoque estratégico de la organización, equipo de trabajo así como grado de desempeño presente y futuro de la persona en el puesto.
La duración de estas entrevistas no suele ser inferior a cuarenta y cinco minutos, la mayoría de sus preguntas son abiertas y la persona entrevistada es la que más habla. Son entrevistas exhaustivas, dado que los entrevistadores deben de realizar un perfil de la personalidad de la candidatura, determinar su escala de valores, potencial de desarrollo y nivel de rendimiento inmediato y futuro, todo ello mediante el arte de conversar y preguntar.
Preparar la Entrevista
Para preparar la entrevista se necesita algo de tiempo, una pizca de lógica y aderezarlo con un poco de sentido común.
El primer paso de la preparación será realizar el análisis de la propia oferta, las funciones descritas (en las que el orden de aparición no suele ser aleatorio), los requisitos técnicos, las aptitudes deseadas y similares. En la mayoría de ocasiones, sabemos con antelación el nombre de la persona que nos entrevistará y nos van a resultar de gran ayuda las redes sociales para conocer su perfil profesional. Esto nos puede dar pistas del tipo de entrevista y preguntas que se realizarán.
Por otro lado, y en aquellos casos que sabemos de antemano la empresa que hace la oferta, es bueno utilizar también la redes sociales y todas las referencias que tengamos a nuestra disposición, para conocer si se trata de un puesto de nueva creación, nivel de rotación que presenta, qué perfiles han que sido anteriormente seleccionados para ese puesto, duración de los antecesores, etc. Es importante también obtener información sobre la empresa, en su caso, para conocer su cultura, modelo de negocio, últimas noticias, etc.
Pero sin duda, la parte más importante para preparar la entrevista, somos nosotros mismos. ¿Conocemos nuestras principales competencias?, ¿tenemos claros nuestros objetivos profesionales?, ¿sabemos lo que estamos buscando?. Conocerse bien a uno mismo, es fundamental para poder demostrar nuestro potencial.
Comunicación
Nuestra principal herramienta en la entrevista es nuestro poder de comunicación y argumentación, dado que éste es el que nos ayudará para hacer visible nuestro potencial. A lo largo de la entrevista se realizan diferentes tipos de preguntas, pero son las preguntas abiertas, aquellas que para responder se debe argumentar y debatir, las que aportan más información a los entrevistadores y las que éstos utilizan para cuantificar y determinar el perfil de la candidatura.
En las respuestas se analiza la comunicación empleada, el tipo de escucha que se realiza, la capacidad de análisis, su visión global, lógicas empleadas, escala de valores así como la coherencia de argumentos durante toda la entrevista
A lo largo de la entrevista se abordan diferentes temáticas como la formación, experiencia profesional, logros y fracasos, orientación y motivación profesional así como una batería de preguntas atípicas difíciles de preparar con anterioridad como por ejemplo ¿Qué piensas de la gente que trabaja más de nueve horas al día?, ¿Crees que los vegetarianos comen galletas en forma de animales?, en todas ellas la argumentación que utiliza el entrevistado para justificar su respuesta es la base del análisis de la persona que entrevista y dónde se fundamenta la decisión de contratar.
Construir argumentarios
La complejidad de hacer visible nuestro potencial y motivación, descansa en nuestra capacidad para construir argumentarios lógicos y coherentes, tarea nada sencilla. Lo primero que precisamos es naturalidad y sencillez y esto se obtiene fácilmente cuando somos sinceros y humildes. Además facilita nuestra coherencia argumentativa, pues es muy difícil sostener perfiles de personalidad y competenciales, durante una hora de conversación, sin caer en contradicciones sino somos sinceros y tenemos un buen autoconocimiento. Solemos tener la tendencia a expresarnos con suposiciones, ambigüedades, generalizaciones, equivalencias complejas, etc., que dan lugar a malos entendidos e interpretaciones erróneas.
A la hora de argumentar, una buena fórmula que podemos seguir es iniciar contextualizando la situación, antes de opinar o informar, hay que asegurarse que la persona que nos entrevista entiende la situación o contexto como nosotros. Posteriormente debemos exponer las variables que se tuvieron en cuenta para analizar la situación, cómo se valoraron las mismas así como la lógica y valores aplicados. Llegado a este punto, es cuando podemos explicar de forma clara la decisión y acción que se ha realizado.
Es muy positivo a la hora de contestar estas preguntas abiertas, realizar feed-back con la persona que nos entrevista, para verificar que ha entendido las cosas como nosotros deseábamos. También es importante acompañar nuestros argumentos con las lecciones que aprendimos y cómo todo ello nos ha ayudado a crecer.
No es fácil realizar argumentarios eficientes y menos en contextos poco naturales o habituales como son las entrevistas, por ello es tan necesaria la preparación previa de las mismas, lo cual no nos garantiza el éxito, pero sí incrementa nuestras probabilidades.